Hoy, aprovechando que ya empiezan a subir las temperaturas quiero abordar el tema de la hidratación, ya que en la consulta he visto que es un tema al que las personas no le solemos dar la importancia que en mi opinión merece.

El consumo de agua es en general bastante limitado en nuestra rutina diaria. Lo que se aconseja beber es una cantidad entre 2 y 2,5 litros de agua al día, incluyendo el agua que contienen los alimentos. Sin embargo, pocas veces alcanzamos estas cantidades, y menos si no tenemos sed. Hay que tener en cuenta que la sed es un aviso del cuerpo para decirnos que necesita agua, por lo que lo ideal es tomar líquidos antes de llegar a tener sed. Si además llevamos a cabo alguna actividad física, es necesario aumentar aún más la cantidad de líquido.  Para hacernos una idea general, al perder un 1% del agua corporal total nos aparece la sensación de sed, con una disminución del 2% disminuye el rendimiento y la función mental.

Hidratación 2

En el cuerpo, el agua se distribuye en tres categorías: dentro de las células, el agua intersticial (la encargada de rellenar el espacio entre las células) y la que circula por dentro de los vasos sanguíneos. Y es que el agua tiene un papel esencial en nuestro organismo, es la encargada de regular la temperatura corporal, transportar nutrientes por todo el cuerpo, ayuda a la absorción de los alimentos y tiene un papel determinante a la hora de excretar los deshechos que crea el organismo.

La deshidratación se define como una alteración o falta de agua y sales minerales en el plasma de un cuerpo, un indicador de ello es la pérdida de agua corporal por encima del 3 %. La deshidratación aumenta el ritmo cardiaco y dificulta que los valores de presión arterialsean normales. Una pérdida del 4% es un claro factor de riesgo y la falta del 10-15% del agua corporal total puede causar la muerte.

Entre los principales síntomas de deshidratación se encuentran los siguientes:

  • No orinar u orina amarilla muy oscura o de color ámbar.
  • Piel seca y arrugada.
  • Irritabilidad o confusión.
  • Mareos o aturdimiento.
  • Latidos cardíacos rápidos.
  • Respiración rápida.

Cada edad y estado metabólico requieren una determinada ingesta de agua, aunque también depende de otros factores el sexo o la actividad física que se lleve a cabo. Proporcionalmente los niños deben beber mucha más agua que los adultos o ancianos. Pero la deshidratación no solo depende de la ingesta de líquidos o no, sino también depende de diferentes factores como pueden ser las altas temperaturas, la práctica de ejercicio físico, el consumo de alcohol, las comidas copiosas, o ciertos medicamentos entre otros.

Lo básico para mantener una correcta hidratación es beber al menos dos litros de agua al día. Otra alernativa es tomarla en forma de infusiones o bebidas isotónicas, de las que hablaremos otro día, sino, otra opción, es consumir alimentos ricos en ella como son las frutas y verduras, ya que como hemos dicho también cuenta el agua que consumimos en los alimentos. Pero sobre todo, evita el alcohol.

Eso sí, también hay que tener en cuenta que beber mucha más agua de la necesaria puede provocar un desequilibrio en las sales corporales llamada hiponatremia. Los principales síntomas de la hiponatremia son la confusión, desorientación, vómitos, descoordinación y calambres musculares. Por todo esto es importante conocer la importancia de la hidratación.